Introducir texto para la búsqueda (*)
Introducir texto para la búsqueda (*)
  • ES
  • EU
  • EN

Tablón de anuncios

Miércoles 6 de abril de 2011

Estudiantes UPNA EN EL MUNDO. Sara Corres Armendáriz, Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y Derecho

Sara Corres, licenciada en Administración y Dirección de Empresas y Derecho por la UPNA pensó que el Consulado de España en Nueva York era un atractivo destino para realizar sus prácticas internacionales.  Razones objetivas no le faltaban y la experiencia, tal como nos lo explica en la entrevista, superó las expectativas creadas.


Vistas de Central Park desde el observatorio  Top of the Rock

Sara, ¿qué te motivó a optar por esta práctica? ¿La ciudad? ¿el conocer el funcionamiento de un Consulado? ¿todo ello?

He de reconocer que aquello que me motivó a optar por la práctica fue definitivamente la ciudad.  Es cierto que formar parte del Consulado y conocer el funcionamiento de una representación española en el exterior era muy atractivo.  Sentía una especial curiosidad por las funciones desarrolladas por el Consulado y poder conocer así, y durante un breve periodo de tiempo, el funcionamiento de las relaciones diplomáticas. Pero… el hacerlo en la capital del mundo…  ¡la verdad que no dudé ni un solo momento a la hora de optar por la práctica!

El imaginarme viviendo durante casi un año en Nueva York era una motivación suficiente como para dejar mi ciudad y empezar, durante ese tiempo, una nueva vida allá.

 
Era Thanksgiving y antes de comer el pavo, había que ver el desfile de Macys... Así que Sara y Leyre (otra estudiante de la UPNA en NY) no faltaron,

¿Cuáles fueron tus funciones durante los meses que duró la práctica?

Desde nuestra llegada se nos informó de que podríamos rotar por los distintos departamentos en los que se organizaba el Consulado… Pero era una realidad que determinados departamentos, principalmente Registro Civil y también Visados, requerían un mayor apoyo, por lo que los becarios nos convertimos en un miembro más de dichos departamentos.

Mi labor, más que en Visados, estuvo concentrada en el Departamento de Registro Civil. En él, y en atención a la función principal de un Consulado (prestar la asistencia necesaria a los españoles residentes en los estados/territorios de su jurisdicción) se llevan a cabo la gestión e inscripción de los nacimientos, matrimonios y defunciones. Además, también se lleva a cabo la iniciación y desarrollo de los expedientes de adquisición de nacionalidad española así como las recuperaciones de la misma. 

He de reconocer que, en un principio, mi labor no era muy “divertida”, pero a medida que avanzó el tiempo y que adquirí las competencias necesarias, pude atender personalmente las citas y llevar a cabo la gestión de los distintos expedientes. De esta manera, al estar en contacto con personas de distintas partes del mundo que, residiendo en EEUU, querían optar por la nacionalidad española, el trabajo se volvió mucho más divertido. Pude conocer gente realmente interesante, ¡e incluso a algún “famoso”!

Los becarios que estábamos en el Consulado también participamos en la preparación del principal evento que fue gestionado por éste durante mi estancia: la inauguración de la nueva página web del Departamento Cultural del Consulado.
 

Cuando colaboraste en el departamento de Asistencia Consular estuviste en la cárcel de Pennsylvania asistiendo a varios españoles que se encuentran allí cumpliendo condena ¿cómo fue esa experiencia?

La verdad que para mí la experiencia fue genial.  Siempre he sentido un especial interés por la asistencia jurídica (y también personal) a los presos. Así que, cuando me lo propusieron, no dudé en aceptar. Tenía bastante curiosidad, además, por ver una cárcel americana. Principalmente, se trataba de españoles cumpliendo condena por temas de narcotráfico que habían pasado ya por distintas cárceles estadounidenses y que, en ese momento, se encontraban pendientes de que se resolviese el procedimiento relativo a su traslado a España. Era una cárcel federal y la verdad es que se encontraba en muy buen estado; era relativamente nueva y eso se notaba en las instalaciones.

Aunque casi ¡no lo puedo contar! No, tranquilos, no pasó ningún incidente grave. Pero, debido a un problema con mi ropa, y no precisamente la exterior, ¡casi no paso el control de seguridad! Una vez que me desprendí del reloj, pendientes, cinturón, zapatos, etc. y de que pasé unas cinco veces bajo el arco de seguridad (lento, rápido, con los brazos extendidos…) creía que no me iban a dejar pasar… y habían sido casi cinco horas de viaje. Carmina, mi compañera del Consulado, hablaba con el agente, y finalmente, cuando comprobaron que no llevaba ningún arma u objeto peligroso ¡me dejaron pasar! Realmente, fue un momento divertido. Eso sí, ya no puedo volver a esa cárcel y entrar si vuelvo a pitar (¡me hicieron incluso firmar un documento!).

Así que, una vez que me puse los zapatos y demás entramos a la zona de seguridad, acompañadas por un agente que nos explicó un poco cómo, durante el buen tiempo, intentaban sacar a los jardines las visitas familiares. Tras pasar por unas cinco puertas de seguridad, llegamos a la sala de visitas. Y allí estaban todos los presos, con sus familias, sin esposas, dispersos en grupos, jugando con sus hijos… La escena era similar a las de las películas de sobremesa.

Estuvimos hablando un poco con cada uno  de ellos, te solicitan información sobre su proceso, etc. Sí que con uno de ellos pude hablar un poco más. Me explicó su caso, cómo estaba viviendo su situación, que quería volver a España... La verdad que estas visitas, más que dar un asesoramiento jurídico, que obviamente se da, exigen también capacidad de escuchar a los condenados, un asesoramiento “personal”.  Porque, sobre todo en este último, se notaba sus ganas de hablar con alguien que hablase su mismo idioma.

Así que, tras la entrevista a todos ellos,  y con anécdota incluida, volvimos para Manhattan.



El piano de la película Big. Como el protagonista de la película, Sara "intentó" tocar unas notas

¿Cómo se ve el mundo desde un piso 30 en pleno Midtown? ¿qué te ha aportado esta experiencia neoyorkina a nivel personal?

Pues se ve muy distinto; todo muy chiquitito… Unas vistas espectaculares (aunque he de reconocer que nuestros compañeros de la Oficina de Turismo de España en Nueva York nos ganan por goleada…)

La verdad que esta experiencia ha cambiado mi vida. He descubierto que puedo, no ya solo sobrevivir, sino vivir en una ciudad grande (siempre había vivido en Pamplona) y que me adapto fácilmente a las nuevas situaciones. Y ese VIVIR es con letras mayúsculas, y es que he vivido situaciones increíbles: he ido al ballet y a la ópera en el Lincoln Center; he visto Shakespeare in the park; me he paseado en primavera, verano, otoño por Centra Park, intentando detenerme en cada detalle, en cada grupo, en cada artista… ¡Me he recorrido la capital del mundo! He ido a fiestas increíbles en lugares de película, ¡e incluso a una fiesta sanferminera! No me he perdido en el metro (aunque, bueno, algún viaje a Queens, sin querer, fruto de las prisas y de coger el metro en sentido inverso al que tenía que coger, me ha pasado) Y, sobre todo, y sin los que mi experiencia en Nueva York no habría sido la misma, he conocido ¡¡a gente excepcional!! Sin ellos las tardes de verano en Bryant Park no habrían sido igual, ni los paseos por el barrio, ni las observaciones del Chrysler…

Además, el vivir en una ciudad como Nueva York te abre la mente porque conoces a gente de todo el mundo que te hablan de sus costumbres, que tienen una forma de pensar diferente, no ya sólo a  la tuya, sino a la que habitualmente te rodea en tu grupo de amigos, de tu entorno…

Vamos, que me siento súper afortunada de haber vivido una experiencia como ésta.  Y soy incapaz de indicar de una forma completa todo lo que me ha aportado.


Estas son las impresionantes vistas de Manhattan desde la isla en la que se encuentra la Estatua de la Libertad. Foto casi obligada.

Algún consejo para los estudiantes que estén pensando en realizar una estancia práctica en el extranjero

Ahora justo (el día 30) va a hacer un año de mi llegada a Nueva York, y estos días no puedo evitar pensar sobre lo que estaba haciendo un año atrás. Tenía muchísimas ganas de irme de Pamplona, una emoción tremenda por descubrir lo que me esperaba en Nueva York. Pero, a la vez, tenía pena de dejar todo esto (familia, amigos, etc.)

Pero ahora, un año después, veo que la familia y amigos siguen, y que tengo en mi cabeza un montón de vivencias increíbles. Por eso, quizá, mi principal consejo es que se lancen, que aprovechen la oportunidad de poder participar en un programa de  prácticas internacionales, en el que finalmente la práctica, aunque importante, queda un tanto eclipsada por la estancia en el extranjero.

Que no se lo piensen demasiado, y que una vez que lleguen allá aprovechen cada momento como si fuese el último. Que no dejen pasar las oportunidades que se les planteen, y que lo intenten hacer desde el primer día hasta el último… ¡porque el tiempo vuela!
 


Sara y Concha (compañera del Consulado) abrazan a Mr. Testis bajo la atenta mirada de Mikel Urmeneta (Kukuxumusu) en una fiesta sanferminera organizada por el Club Taurino de Nueva York

Otros estudiantes UPNA en el mundo

 

 


A3U - Alumni

BUZÓN

Fundación UPNA
Edificio El Sario. Universidad Pública de Navarra
Campus de Arrosadia
31006 Pamplona
Tel. 948 16 98 12 WhatsApp: 619 649 999
Contacto por email

Facebook  twitter  instagram  Linkedin